Para comprobarlo, solo tenéis que sentaros en un banco público (los de asiento, no de los que te chirlan la pasta..., aunque, me huele a que públicos de esos no se si queda alguno); bueno eso, y lo más seguro es que veas pasar algún ángel. Después de esa experiencia, te vuelves al bar, y si te queda algo sano, verás enseguida a los diablos que...
Anda ya, Rascayú. Se que para amargar el día a cualquiera, ya estás tú.
No hagáis caso de nada que no conozcáis. Primero conocer, después juzgar y si se tiene que dar el caso, decidir. Ningún momento existencial requiere premura, salvo el que pueda darse ante un accidente (natural o artificial). ¡Aich, mis huev...". No pasa nada, es que al entrecruzar las piernas, conjuntada la acción sin tener demasiado en cuenta (para nada, por eso me ha pasado), mi posición en la silla en la que aposento mi corporeidad material, tridimensional para otros cálculos, no veas la tortilla que he hecho. Uf, uf, uf...Como ¿pesa o duele?..., duele, duele..., lo del pesar es filosofía; lo del doler es lo material y también fasy lo que quiero decir, o séase, somático (bueno, ya se va pasando).
[Es posible que en algún momento del entre paréntesis existencial, respecto a la nada, que como a cualquier posible lector del texto en que lo describo; me ha sido otorgado -dicho sea de paso, considero queda poco para que se muestre el signo parentístico de cierre final {no haga caso nadie de nada. Cosas del éste y yo. Entre nosotros, está peor que yo. Y alucina, flipa vecina, ¡el soy yo!. ¿Qué hago?, ¿Le encargo a un sic.. de esos que lo hagan desaparecer?, ¿Me lio a tortas con el? [A tortazos como los de alguna que otra película antigua, de las de ByN y sin S, molaría. Buf, pues no se lo pasaron bien rodándolas... Me suena también alguna mucho más moderna, de las del tal Brus. -No se si la acertaré: Sillas de montar calientes".]}] -Buf..., con los signos, me llevan fritanga-.
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