Naide. Quien llegase a eso, seria como lamerse el culo con su propia lengua. (A buen entendedor, pocas palabras bastan). [Nada del otro mundo, filosofía pura y dura]. ¡¿A mi me lo vas a contar?!.
Para mi, mi mujer es la más bonita del mundo mundial, o no me hubiese casado con ella. Aunque tras 30 años casados, me odie. Yo, no. Cada día la quiero más que el día anterior. Y cuanto más despotrica sobre mi, más la quiero. (Pues eso significa que no le soy indiferente. Me odia tanto, tanto, que no puede apartarme de su mente. Superguay. Comprensión. respeto y no violencia. Con solo estas tres pautas, se vive que te cag...). La quiero mucho, muchísimo, y a mi hija, más.
Eso si, si les preguntáis a ellas, os dirán que soy un borracho cervecero y porrero. Insoportable (entre otras cosas por mis locuaces discursos que no acaban de entender, bueno, o comprender. También es cierto). Pero las quiero igual. Más que a mi mismo. Doy mi vida por cualquiera de las dos, sobre todo por la de mi hija -Así que cuidadín, cuidadín, a quien se le ocurra tocar a alguna de ellas. Se que acabaré sabiendo quien es y a partir de ese momento, le quedarán dos telediarios mal contaos, (aunque yo ingrese en la trena de por vida. ¿S'entiende?.). [En ocasiones he conseguido información en un chip chap, que ni el CSIC ese]. Lo dicho, cuidadín, cuidadín,... conmigo y my family.
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