Yo, pregunto: En la estación espacial, si al rato de haber comido una fabada asturiana, te echas una buena pelfa, ¿ésta huele?.
IA me responde: En una estación espacial, el ambiente es controlado y sellado herméticamente para mantener un equilibrio de aire y presión. Debido a este control, cualquier olor se dispersaría mucho más lentamente que en la Tierra, donde el aire es más denso y la gravedad tiende a hacer que los olores se propaguen hacia arriba y hacia afuera.
Dicho esto, la percepción de los olores puede variar de una persona a otra, y la intensidad de un olor específico podría depender de varios factores, como la cantidad de gases generados durante la digestión o la propia sensibilidad olfativa de la persona. Sin embargo, en un ambiente controlado como una estación espacial, se toman medidas para minimizar y gestionar cualquier olor desagradable que pueda surgir.
En resumen, los olores pueden persistir en una estación espacial debido a la atmósfera controlada, pero es probable que se manejen de manera efectiva para minimizar cualquier molestia para la tripulación.
Mi conclusión o moraleja: No visites una estación espacial sin mascara de gas (o casi mejor, careta de oxigeno con una buena bombona -la mascara igual no acaba de filtrar bien y ..., acabas tragándotelo todo...-).
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