La primera, como base, desde mi sensibilidad, es que el saber SI ocupa lugar.
En el alma.
Además ello pesa... y duele.
Como si no, se puede asumir que la potencial capacidad de los humanos solo acabe dándose ostias unos a otros. Pa mi que eso es algo demencial. Algo falla.
Que pasa, la química natural impera sobre el raciocinio legendario. Quien haga algo así [mis principios: respeto y no violencia], para mi que está malnacido (no digo es...), es deforme, en su estructura fisiológica, algo no ha acabado con funciones de buen fin.
PD: ¡QUE NADIE SE HECHE LAS MANOS A LA CABEZA, por favor, no entremos en la isteria. Antes que ello, piense y se pare a reflexionar, que cualquier congénere, desde que nace, tiene tanto derecho a vivir como cualquiera, tanto yo, como quien haya llegado a leer esta descripción del mundo que vivimos. También solo ver, sea por que acaba de nacer o cualquier otra circunstancia, (las cuales, mis palabras son las mías. No su efecto = ¡¡¡PARA NADA!!!). Me refiero a la palabra como una de las más potentes entre las herramientas de las que el ser humano puede disponer.
Y, supongo que ahora la entrada bis {tócate las narices, en menudo berenjenal me he metido}.
Claro: La Biblia, El Corán,
Bueno, entrando ya en mi percepción subjetiva, observo dos puntos de análisis distintos [QUE EL POSIBLE LECTOR, NO OLVIDE QUE EL MUNDO EN EL QUE INTENTO RAZONAR SE LIMITA, SUS LIMITES, SON LA LITERATURA. LETRA TRAS LETRA INTENTANDO TRANSMITIR UNA IDEA, UN CONCEPTO. -No me cabe la comunicación, si no contiene información-.
Lo siento, no sé si es una vez más: se dan los casos, muchos, en los que en una comunicación, el emisor transmite más información de si mismo que de la que te intenta transmitir.
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