Aquí me tienes un día más, dándote tortas (que no ostias, ni puñetazos, a tu consciencia, mente. Si me equivoco hazme ver porque he de rectificar ese hecho).
No tienes ni putin idea cuan me gustaría dirigirme a ti como estimado o apreciado, pero con lo que estás haciendo, eso depende de lo que hagas, ya que quién provoca la muerte de personas. Lo peor los inocentes bebes, ancianos, niños... (no puedo seguir nombrando tantos más como hay, caracteres humanos. Empezaría a llorar -lo hago por dentro y sin parar-), pero aparte de no poder enviarte estas letras que describen lo que mis ojos, oídos y la mente que los procesa, intento enviar a tu consciencia (y la de los que te/la/te manipulan, también, claro); no me dejaría ver las teclas, llenaría el fondo del teclado con suficiente liquido fruto de mis lagrimas más amargas, oscuras, negras, confusas, que solo puedo padecer sin saber que mal o males congéneres la están provocan y siguen manteniéndola.
Lo que haría que acabase inutilizable..., al menos por un tiempo.
Si te crees lo último que he dicho (me refiero solo el párrafo inmediato anterior, referido al teclado), eres más tonto de lo que pensaba. Al resto, palabras anteriores, no me refiero.
Esas son piedras puestas en pie hacia el sol al que pertenecen y en el que acabarán. Mis lágrimas cuando caen lo hacen en el trozo de mesa -como espacio para otras cosas -nota de apuntes, consulta de libros, etc... y si, también las descritas lágrimas que me provocan la actitud de un congénere, como la que has tomado y sigues manteniendo tu.
UNA VEZ MAS, PUTIN PARA LA GUERRA... y te deberé una comida o cena valenciana con la que te vas a chupar los dedos, en un entorno de paz que en nada se parece al que estás creando... POR FA, PUTIN PARA LA GUERRA.
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