La cara: La editorial anagrama ha tomado, para mi muy acertada y honorable, decisión de no publicar un libro cuyo título me niego a citar, pero que la mayoría de los visitantes de este blog supondrán acertadamente al que me refiero.
La cruz: Los derechos de autor y su publicación han vuelto a quien lo ha redactado con el aditicio de una gran promoción gratuita de publicidad enormemente extensa. Con ello deduzco que tiene asegurada su venta, si no a una editorial española que veo difícil, si a una editorial extranjera. Para mi las yanquis son las que tienen más números. Solo es cuestión de tiempo.
Sin embargo, considero la posibilidad, mucho menos probable, claro, de que el gobierno español le adquiera al periodista esos derechos para su custodia y disposición para las instituciones judiciales y de investigación científica, psicológica y policial; como documento de estudio. Considero que esta sería la mejor solución y que sería considerada así por una inmensa mayoría de todos los españoles (incluso congéneres de otros países). El coste de la operación sería menos de 1 céntimo por español. Pero esto sería como si la moneda quedase de canto.
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