El tirulo de esta entrada ha sido una frase ocurrente, o sea que se me ha ocurrido así como así.
Una vez escrita y leída, me he preguntado ¿Qué puñetas he querido decir con ella, a que leches me he referido?.
Las letras, al igual que los números, las notas musicales o los símbolos (actualmente llamados emoticonos), nos sirven para describir el mundo en el que estamos, el entorno que percibimos, y transmitir esa visión a otro congénere.
Tras la corriente reflexión, la conclusión es obvia: describe un concepto. Como tal y considerando lo ambigua que es, considero es aplicable a la equivalencia, mejor decir síntesis, de otras descripciones del susodicho entorno que nos rodea.
Como ejemplo o ilustración, se me ocurre nombrar La Luna o El Sol; el cariño o amor de un consorte, con el tiempo, desilusionado, frustrado y amargado; la línea del horizonte; el adiós de la noche en el amanecer o la caída de la noche en la despedida del atardecer. (Jol, que poético he acabado siendo. Igual me lo ha contagiado mi mujer,... con lo que me odia).
Lo escrito, el titulo de esta entrada describe un concepto.
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