Una señora que hace un tiempo falleció su esposo, quedó viuda y desde entonces visitaba de forma esporádica, no periódica, pero si costumbrista; un cementerio.
La mujer se acercaba a la sepultura de su difunto consorte, con una ramito de flores que dejaba en ella. Tras un ratito de recogimiento, la señora se alejaba de ella andando hacia atrás, sin darle la espalda al repositorio del finado.
Otra visitante del cementerio, de la misma manera ocurrente que la referida, del sepulcro de un familiar cercano; tras habiendo observado ese detalle en otras coincidencias en sus respectivas visitas; le preguntó:
Señora, es por pura curiosidad, y si no le molesta mi pregunta. ¿Por qué se aleja usted de la fosa de su esposo andando hacia atrás?.
La mujer para nada molesta, le respondió:
"Es que mi marido en vida, me decía que tengo un culo que resucita a los muertos".
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