Un asistente, como cualquier otro, pasa de forma que manifiesta tranquilidad y dolor a la vez,. Pasa suavemente su mano por el féretro y acaba acariciando las manos de su difunto querido amigo. Tras ello se acerca a su viuda y le dice: "Lo siento". A lo que la afligida señora le responde "No, mejor déjalo acostado".
(Este es un chiste de los más viejos que conozco..., pero hay que sacarlos a la luz de vez en cuando para que sigan, aunque viejos, vivos).
JT.
